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Gloria Steinem, Ms. Magazine y Wonder Woman

En Julio de 1972 veía la luz en Estados Unidos la revista Ms. Magazine, editada por dos de las más conspicuas representantes del movimiento feminista estadounidense: Gloria Steinem y Dorothy Pitman Hughes. En la portada de ese primer número figuraba un dibujo de Wonder Woman, el personaje creado por el psiquiatra William Moulton Marston, junto con un titular que rezaba "Wonder Woman para presidenta". Titular que coincidía con una historia aparecida en el número 7 (1942) de la serie regular de la amazona de Paradise Island.




La selección de la superheroína para la portada de Ms. Magazine respondía a la convicción de que representaba un ideal femeninista, y así se reflejaba en el artículo aparecido en la revista, Wonder Woman Revisited, redactado por Joanne Edgar, otra de las fundadoras de la nueva publicación.


El atractivo de Wonder Woman para las niñas, se decía en el artículo, residía en ofrecerles un modelo femenino fuerte. Aunque la amazona no rehuía el uso de sus puños cuando resultaba necesario, la violencia no constituía su único modo de afrontar una batalla, y a menundo intentaba (con mayor o menor éxito) la rehabilitación de los villanos a los que se enfrentaba. Menos en el caso de nazis y japoneses durante la II Guerra Mundial, claro está, que como epítomes de maldad resultaban siempre sujetos incorregibles. A la postre sólo los villanos de la ficción podían ser recuperados para la sociedad.


La propia Gloria Steinem insistió en textos posteriores en esas mismas ideas apuntadas por Joanne Edgar. Confesaba que, cuando era niña, había encontrado en Wonder Woman un referente heroico. Justamente lo que había pretendido William Moulton Marston al crear a la amazona: hasta aquel entonces sólo los varones disponían de modelos bizarros en los cómics, como Superman y Batman, de modo que las niñas estaban obligadas a identificarse con la Lois Lane de turno. Un personaje interesante, valiente y enmancipado, sin duda, pero que siempre necesitaba ser rescatado por el kriptoniano.


Marston cambió el esquema ofreciendo a las niñas un referente a la altura de los grandes superhombres que pululaban por los cómics. Pero no sólo quería llegar al público femenino; también al masculino, a fin de que comprendiese que las niñas eran sus iguales, y que había otras formas (más positivas, además) de afrontar la vida; una formas en las que el afecto, la comprensión y la solidaridad reemplazaban a la violencia, la contienda y el individualismo. Y llegó al público masculino, ciertamente, pero no tanto como le hubiera gustado: como Edgar y Steinem recuerdan, en el improvisado mercado callejero de intercambio de historietas entre niños, un cómic de Superman cotizaba por tres de Wonder Woman.


La selección de Wonder Woman para Ms. Magazine no sólo pretendía rendir homenaje a lo que aquel personaje podía representar para el ideario feminista. Tenía también un sentido reivindicativo. En el número 178 del cómic Wonder Woman (septiembre-octubre de 1968) se había cambiado totalmente la filosofía del personaje. Con una llamativa portada en la que se leía "Olvida a la vieja Wonder Woman. La nueva está aquí", la princesa Diana perdía sus superpoderes y se convertía en una suerte de James Bond femenino, con dotes de karateca, precisamente en una época en la que el cine de agentes secretos y de artes marciales tenía gran predicamento. Pero lo peor no era el fin de sus superpoderes, sino de su identidad como símbolo femenino: la nueva Diana era un personaje todavía fuerte, pero más sometido a los varones, de cuya ayuda a menudo necesitaba, y mucho más frívola. Y en este contexto surge precisamente el primer número de Ms. Magazine, en el que se llamaba la atención sobre la incapacidad del guionista Denny O'Neil (responsable de la transmutación de Wonder Woman) para comprender el sentido con el que William Moulton Marston había concebido al personaje. Incapacidad que había hecho que la princesa Diana perdiese buena parte de su valor como modelo para las niñas.



La "nueva Wonder Woman" se mantuvo en los anaqueles hasta el número 203 (noviembre-diciembre de 1972). En el número siguiente retornaba a su anterior estatus ("La segunda vida de Wonder Woman", indicaba la portada). Era el mes de enero de 1973, y recobraba sus poderes después de veinticinco números que, aunque puedan parecer pocos, al aficionado (y sobre todo a la aficionada) se le hicieron eternos. Las fechas no son casuales: parece claro que Ms. Magazine tuvo su papel en la vuelta de la princesa Diana a sus orígenes superheroicos.


Narra Gloria Steinem cómo, algunos meses después de esta "vuelta a sus orígenes" de Wonder Woman, recibió la llamada telefónica de uno de los guionistas de DC comics: "Okay -le dijo- ya tiene otra vez todos sus poderes de amazona. Vuelve a relacionarse con las amazonas de Isla Paraíso. Incluso ahora tiene una hermana amazona de raza negra que se llama Nubia. ¿Me dejarás ya en paz?". Propósito conseguido. Se nota que la Wonder Woman originaria había dejado en Gloria Steinem la impronta de la tenacidad.





 

Para saber más: Aunque hay muchos estudios sobre el origen de Wonder Woman, la obra más completa sigue siendo la de Les Daniels, Wonder Woman. The Complete History, Chronicle Books, San Francisco, 2000.


Una selección de las primeras historietas del personaje puede verse en la edición que publicó la revista Ms. Magazine, con una introducción de la propia Gloria Steinem: Wonder Woman, Holt, Rinehart and Winston, New York, 1972


En España, el estudio más completo sobre la superheroína es el de Elisa McCausland, Wonder Woman. El feminismo como superpoder, Errata Naturae, Madrid, 2017



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